Nos llaman también Personal de Gestión y Servicios. Engloba personal con funciones tan diversas como pinches, jefes de personal, electricistas, conductores, secretarias,...Todos trabajando en la sanidad y todos sin ser sanitarios.
Nuestra función no es la esencial del sistema, seguramente sin nosotros a corto plazo seguiría llevando a cabo su objetivo básico: prestar asistencia sanitaria. Pero a la larga sí empezaría a notarse: comida, lavado de ropa de camas, pago de nóminas, cambio de bombillas,.... Labor más silenciada pero que también tiene mucha importancia en la percepción de la calidad por el paciente. A nadie le gusta andar dando vueltas por el hospital sin encontrar la consulta que busca, ni que la comida del hospital sea intragable. Tendremos mejor recuerdo de nuestro paso por el sistema sanitario si el celador que nos llevó en la camilla lo hizo cuidadosamente y con buena cara o si no pasamos frío en la habitación.
Desde luego somos los primeros candidatos a la privatización, el nuestro no es un trabajo esencial, en la mayoría de los hospitales o centros de salud son funciones que se van "externalizando".
Pero, ¿somos nosotros mismos concientes de nuestro valor o importancia? A veces da la impresión de que sólo vamos a nuestro trabajo a pasar esas horas y no nos implicamos en ese funcionamiento integrado de nuestro hospital o centro. Realizamos nuestro trabajo pero no buscamos la excelencia.
Ese "pasotismo" muchas veces viene dado también por la actitud de la propia organización y el resto de profesionales sanitarios, para los que somos un personal "de segunda", a los que, si dan problemas, se amenaza con la privatización.
Muchas veces, como decía en el post anterior, nos falta información porque no estamos en los órganos esenciales de la organización y, sin embargo, somos los primeros a los que el paciente se encuentra al entrar en el sistema. ¿Es eso coherente?
Y tú, ¿qué piensas? ¿Nos deja de lado la organización o nosotros nos auto-otorgamos un papel secundario más cómodo?