martes, 11 de febrero de 2014

Y ahora...¿qué hacemos?

El papel del personal no sanitario en los centros de salud (sobre todo del personal administrativo) ha variado tanto con el tiempo que merece una reflexión. Desde sus inicios, cuando sólo se encargaba de dar número a los pacientes que venían a consulta, hasta la actualidad en que el mundo tecnológico nos ha sobrepasado.

Muchos de los trabajos realizados por este personal se ha simplificado con la irrupción de la historia clínica y la receta electrónicas.

El archivo de historias clínicas, en cuya implantación el personal administrativo tuvo que trabajar duro tanto física como intelectualmente para su organización, es cada vez menos utilizado.

La receta electrónica ha eliminado la necesidad de utilizar las cartillas de enfermos crónicos para conseguir esas recetas, con lo cual desaparece otra tarea habitual en los centros.

Hay también nuevas vías para solicitar una cita como internet o una central de llamadas (atendida por una empresa privada).

Entonces creo que hay que preguntarse, ¿hacia dónde van las funciones del personal administrativo?¿Éste debe adaptarse a esta disminución del trabajo, con la consecuente amortización de puestos, o debe reinventar sus funciones?

Siempre se ha hablado de una descarga de la burocracia de las consultas médicas en este personal, ¿qué y cómo pueden realizar tareas en ese campo?

Además, el incremento de dificultad en las funciones vino acompañado de una mayor cualificación en el personal que estará desaprovechado si esto sigue así. Una cuestión que ahora es el momento de plantearse y no, como siempre, cuando estos puestos ya estén vacíos de contenido real. Hoy podemos estar contentos por tener menos trabajo pero quizás a largo plazo esto sea perjudicial.

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